15 de Mayo: Día de las Familias

El 15 de mayo se celebra el Día de las Familias. La conmemoración de esta fecha se ancla en el texto de la Convención sobre los Derechos del Niño y demás legislaciones nacionales y provinciales que sostienen que “toda niña, niño y adolescente tiene derecho a crecer y desarrollarse en un grupo familiar.
Vale decir, que el concepto de familia ha cambiado en las últimas décadas. Cuando se habla de familias a la luz de estos tiempos, es necesario señalar que no importa qué tipo de familias sean, ya que al enunciarlas en plural estamos echando por tierra un modelo fijo o normado.
Las familias son esos espacios que como organismo del Estado debemos fortalecer para que las niñas y niños tengan sus derechos garantizados. Cuando las familias por algún motivo no los pueden contener o vulneran sus derechos es el Estado el que tiene que intervenir a partir de sus políticas y herramientas.
Fijar este día sirve de oportunidad para reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan al desarrollo y evolución de niñas, niños y adolescentes y sus entornos familiares.
Niñas y niños sin cuidados parentales
De acuerdo a lo que establece la Convención sobre los Derechos del Niño; niñas, niños y adolescentes tienen derecho a vivir y a ser cuidados en familia, como también es deber del Estado acompañar a las familias para que puedan cumplir con su rol.
Como organismo de derechos humanos específico, trabajamos desde hace más de diez años con el objetivo de conocer a las niñas, niños y adolescentes santafesinos que se encuentran con Medidas de Protección Excepcional. Entender su situación, analizar por qué y de qué modo fueron separados de sus centros de vida, nos permite acompañar y dar seguimiento al proceso de restitución de sus derechos.
Las “modalidades alternativas de cuidado de los niños y niñas” son un instrumento concreto de trabajo orientado al cambio necesario en torno al acogimiento de niñas, niños y adolescentes que ven interrumpido el cuidado familiar.
Las principales amenazas al derecho a la vida familiar y comunitaria son -en primer lugar y como hecho más grave- la pobreza extrema, junto a las problemáticas de consumo, de salud mental y todo tipo de violencias.
Los contextos de crisis económicas agudizan las vulneraciones a las que se ven expuestas niñas, niños y adolescentes en sus ámbitos familiares, comunitarios e institucionales.
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